30/11/07

ENTONCES...

Hablábamos de como nos veríamos. De la edad que tendríamos cuando el calendario dejara por fin de marcar el mil novecientos y tanto y trocara hacia el dos mil. Creíamos también que surcaríamos los cielos trasladando a nuestros hijos cabezones (es que serían más inteligentes) a bordo de autos supersónicos. Demasiada ficción, hombre y mujer biónicos, héroes de maravilla, viajes a distintas galaxias. Veíamos el futuro como algo tan lejano, inalcanzable, remoto. Sin embargo, inmersos en el cambio de un cuarto de siglo, no nos dimos cuenta del tránsito. Hoy ese salto en largo nos atrapó casi sin darnos cuenta. Inclusive, muchos vivimos en el mismo barrio (hasta en la misma casa, como yo) o tenemos hijos que no llegan a los 10 años o carreras inconclusas o pasamos por el Manuel Lucero a menudo y le decimos por quincuagésima vez a la familia: a este cole venía mamá.
Tal vez en esto radique la ilusión de un encuentro luego de 25 años de egresados: ¿Cómo nos veremos? Me arriesgo a pensar que lo primero que nos sorprenderá (o a lo que más le tememos, en realidad) es al cambio físico: más o menos gordos, algunos pelados o canosos, arrugas tal vez? que ha hecho el paso del tiempo en nuestros cuerpos jóvenes y fibrosos? Pero eso no es todo, luego vendrá la historia de lo que hiciste todo este tiempo. Como fue tu evolución o involución, en que ocupaste tu tiempo... Pasado el efecto shock, nos daremos cuenta que estamos inmersos en un universo que trascendió al tiempo. Así como el aroma a la resina de los pinos nos recuerda el amanecer en un camping cuando éramos niños, algunas voces despertarán los sentidos dormidos, la banda musical de esa época acudirá sin que la llamemos y desaparecerán los rollos, la falta de tonicidad muscular y las horas en vela (que seguramente en este tiempo, han sido muchas). A pesar de que los tiempos pueden llegar a hacer estragos, la esencia, la materia prima de la que estamos hechos, estoy segura que está intacta. Y a muchos nos servirá de ayuda para saber quienes hemos sido y quienes somos. Y tal vez descubramos esencias que nos pasaron desapercibidas, re encontremos amigos, brindemos por lo que no pudimos brindar en este tiempo y por el que vendrá.
Tengo muchos deseos de verlos, deseos que en algún momento estuvieron sublimados. El contacto previo por mail, mensaje, blog o llamados lo ha ido acrecentando. Les digo de antemano gracias por el tiempo que pasamos hace tanto y por lo que vendrá. Gracias, porque tal vez nunca se los he dicho antes.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola. Ross hermosas tus palabras, me emocionaron. a mi me pasa lo mismo estoy muy entusiasmada. Hoy no no soy la que fui ayer. Es por eso que en aquella época no pude compartir, todo lo que hoy escucho que hicieron ustedes. Gracias a todos por dejarme disfrutar hoy lo que no pude antes (por tabúes y problemas de flia). Cariños. Patri

EL INDIO dijo...

Que hermosas palabras Ross. La verdad es que a mi me está pasando exactamente lo mismo . Y lo de Patri también , viste Patri que la vida da infinidad de oportunidades? Que lindo que se aprovechen . Un beso grande a ambas . Indio .-